domingo, 15 de noviembre de 2009

El cuerpo y el butoh

Estado de latencia, Presencia. Momento en que el cuerpo es todos los cuerpos que pueden ser en ese instante. Experiencias que se hacen cuerpo, son y se desarman.

Nacer, volver a nacer en diferentes lugares no reconocibles. Abandonar el cuerpo social, vaciarse, dar lugar a otros paisajes, reinventarnos.

Danza del devenir en que somos agua, viento, tierra, para soltar, deshacerse, volver siendo barro, mariposa o demonio.

Hilos que nos mueven, abandonando el ego, dispuestas a lo inesperado. Ojos permeables mirando hacia el horizonte, que no conoce límites.

La visión, sentido preferencial de la cultura moderna, se vuelca al interior. Mientras la mirada cae hacia adentro, cada parte de cuerpo reconoce la importancia de estar, de habitar el espacio. El rostro se transforma. El gesto participa, también danza.

Devenir oiencia en que el cuerpo no se separa para ser herramtra es hacerse una con el universo, con el cosmos, para que esa memoria universal dance. No alejarse del mundo para contarlo e interpretarlo, sino danzar el mundo, la pura experiencia que narra: el cuerpo es objeto y sujeto de la danza.

En la danza Butoh conviven lo bueno, lo malo, lo bello y lo horroroso, se busca romper dicotomías, deshabitar la cultura en el cuerpo y dejar que cada instante, cada estado sea la puerta a otro estado. Transformaciones que se hacen cuerpo en nuestras danzas. Así como la crisálida es luego mariposa, el butoh es la danza de ese movimiento - mutación.

Dar lugar a las huellas que siguen presentes, huellas ancestrales que están en el presente y aparecen para volver a manifestarse a través del ser danzante.

No hay comentarios: